Shine a light (2007)

¿Qué más puedo escribir de los Rolling stones? ¿Acaso una triste crónica sobre el porqué nunca pisarán suelo colombiano? ¿Hacer un relato ficticio sobre algún detalle de su azarosa vida, para dejar empalagado al lector con un panegírico? El reto de escribir una opinión sobre un grupo de culto por sus sonidos inspirados en el blues y las drogas, cuyos protagonistas viven en un mundo que todos los mortales apetecemos, es una tarea que aclaro: no es objetiva ni apartada de los sentimientos que me genera esta banda.



Martin Scorsese –tan fanático de la banda como usted- decide hacer un documental con un concierto íntimo e impecable, donde el espectador se acerca a la banda, hasta sentirse parte de esta leyenda. Shine a ligh (2008) es un concierto realizado en Nueva York, donde la banda toca temas clásicos o casi desconocidos. Los stones son los mortales que desde hace rato habitan el Olimpo musical, de modo que todas sus canciones un clásico.

Los primeros planos evidencian que estos viejos tienen un espíritu juvenil, con la experiencia que los hace ser admirados y reverenciados. Al final, todos queremos envejecer como uno de ellos; en mi caso personal, como Keith Richards.